lunes, 5 de marzo de 2012

¿DONDE EMPIEZA LA AVENTURA?


¿DONDE EMPIEZA LA AVENTURA?

Cuando empecé a viajar creía que la aventura empezaba cuando llegaba al lugar de destino. Ya hace mucho tiempo que deseché ese pensamiento y he observado que la aventura empieza cuando empiezo a hacer la maleta. Llegar al aeropuerto es, en sí mismo, una aventura. Llegar, la facturación, los retrasos, si llegan las maletas, si pasa 250 gramos del  peso, si pierdes la conexión, si  hay huelga, incluso si una compañía con la que has viajado siempre cierra su ventana de atención al público delante de tus “propias narices”. Pero esperen, luego hay que llegar al destino, control de pasaporte, inmigración, controles múltiples de seguridad con protocolos diferentes en donde el pantalón lo llevas por debajo de la rodilla y donde minutos antes has desorganizado toda tu vida, que en ese momento era tu equipaje de mano y después de pasar por el segmento de seguridad la tienes que volver a organizar, “pero nunca será como antes “dirían algunos y algunas.

Sí toda una aventura, solamente el aeropuerto.

Este año, en Febrero cumplí mi viaje 74 a Japón y  días antes cumplía 47 años, así que, a veces, me confundo jajajajajaja.
En la dirección del sol naciente nos movimos un grupo de miembros de la Bujinkan, en esta ocasión unos 20. Desde todos los puntos del planeta hacia un mismo destino, Japón.
Desde Venezuela, desde España, desde Italia…
Llegar a Tokyo Narita, a veces no es nada sencillo. Tres aviones, nada más, uno de dos horas y media desde Canarias a Madrid, otro desde Madrid a cualquier capital de Europa sumando dos horas y media más y finalmente el viaje largo, entre once horas y medias y trece horas. Pero, quietos ¡
Cuando has puesto tus pies en el aeropuerto de Tokyo Narita, control de pasaportes, espera de maletas, con la policía y los perros antidroga dando vueltas alrededor. Me preocupo bastante de lavar mis pantalones y que no huelan a mis perras por si hay alguna desafortunada confusión jajajajaja y finalmente cuando tienes la maleta y suspiras y empiezas a tomar aire. Control de maletas, el protocolo de razones de tu visita, llevas algo en la maleta, etc… y ya saliendo haces ufffff recompones al grupo que está desperdigado. Algunos por pequeños detalles en su pasaporte o equipaje, a veces, se quedan hasta 6 horas sin poder salir.
Pero no pasa nada, porque fuera nos está esperando el paraíso, dos o tres horas de bus, tren o coche hasta Nodashi que es donde residimos. Mi  segunda casa.¿Ya está? ¡Pues no!.
¿Y sabes porque no?, porque cuando ya estás allí con ocho o nueve horas de diferencia en relación a tu horario habitual, tomas un poco de aliento y en un par de horas estamos sobre el tatami del Dojo central entrenando con Hatsumi Sensei. Es muy entretenido: dedos presionando tus ojos, tu nariz, tu boca, dolor irradiado sin miedo hacia el exterior, espacios vacíos que te hacen caer solo al suelo. Enseñanzas que derrumban tus muros más consolidados-según tus propios pensamientos- Y después a dormir.

Y, quizás, algunas personas se preguntarán porque he comenzado un artículo sobre Japón de esta forma?
Lo cierto es que detrás de un entrenamiento, una técnica, un movimiento, un instante, una enseñanza hay muchos sacrificios. Para algunas personas las artes marciales son simplemente, una forma de hacer ejercicio, o bien un método de lucha. Para mí y me atrevo a decir para nosotros, no es así. Nuestro arte marcial conlleva muchos sacrificios para forjarse en el camino del guerrero pero también del ser humano. Como bien dice Hatsumi Sensei, que “fácil es ser un gran guerrero y que difícil es ser un gran ser humano “
Viajar forma parte de nuestra formación y parte del sacrificio que conlleva el entrenamiento. Algunas personas tienen lugares para entrenar a cinco minutos pero no tienen el coraje de cruzar la calle y seguir adelante. Otros van más allá.
La herencia que les quiero dejar a mis “hijos e hijas”  es que el sacrificio es necesario para crecer. Que aun cuando los sacrificios a todos los niveles son arduos y a veces el dolor es insoportable si lo haces con Amor resucitas el ser más profundo que está dentro de ti y que es el punto esencial de todo ser humano, ¡Kaname! ¿ verdad?
La aventura empieza…
Empieza en uno mismo, en el reconocimiento de las propias capacidades y en el reconocimiento de las propias barreras. Sin reconocerlas no se podrán quebrar. Desarrollar la confianza en uno mismo es primordial para poder escapar de la jaula que se ha  fraguado durante años para ser morada de uno mismo. Creada por uno mismo y para uno mismo y además a medida.
Cuando oímos la palabra Japón, ésta resucita muchos sentimientos. Evidentemente depende si has tenido la experiencia de experimentar la cultura en primera persona, aún si dada la capacidad interpretativa del ser humano, la más variedad y compleja cantidad de sensaciones te pueden llegar.
Cuando yo oigo “Japón”  me viene una fuerte impresión denominada “Maestro”. Un Maestro es algo que no todo el mundo tiene y tampoco no muchas personas son capaces de tener. Un Maestro es un Padre, que te deja ver los ángulos ocultos de la vida y aun cuando parece que te abandona ante la soledad  de la vida, realmente te ha arrojado a ella al mismo tiempo que te protege de ella. Te “arroja” a ella, primero con arnés de seguridad y luego él mismo te los quita y quizás en ese momento no entiendes y lo consideras una tropelía. Pero es tu guía. Sí, es tu guía hacia el encuentro de tu propio guía interior, hacia tu propio maestro. El que está esperando a que tengas la confianza y la valentía de “encontrarlo”.
Te está esperando. Está esperando a que el miedo desaparezca para que el encuentro sea fructuoso y eterno, para ello debes “proyectar” tus miedos y en algunas ocasiones lanzarlos al pozo oscuro. Aquel que sabemos que tiene fondo pero no lo podemos ver.

Este año viajamos un grupo compuestos por instructores y alumnos de España, Venezuela e Italia. Hatsumi Sensei, como siempre impactante con sus enseñanzas. Capaz de salir a hurtadilla de lo más profundo y llegar a lo más superficial y viceversa y nunca quedarse atrapado en ninguno de los lados. Kaname, repitió continuamente, un término que, difícilmente puede tener un significado literal, “en boca “de Hatsumi Sensei. Quizás ¿el punto esencial de “algo “?
El Soke y Noguchi Shihan nos brindaron con una visita a nuestro hotel, el Grand Bois Hotel en Nodashi (antes Tobu Noda Hotel). Algo inaudito, aceptó nuestra invitación para recibirlo en nuestra casa en Nodashi desde hace muchos años. Allí durante dos horas Hatsumi Sensei nos brindó con sus enseñanzas, en primera persona, con las traducciones realizadas desde el corazón por Migue. Nos habló de su vida, de su enfermedad, de sus experiencias con Takamatsu Sensei y sobre todo nos dio consejos: el primero de todos, que tenemos que estudiar más aún, que queda mucho por aprender. Hizo esta afirmación en respuesta a una pregunta sobre Kamiyo Moji. Fue una jornada excepcional llena de simpleza, sencillez, mucho amor y respeto.
Necesitaríamos muchas vidas para poder poner en práctica y comenzar a entender lo que nos mostró Hatsumi sensei en ese encuentro.

Un abrazo para todos y nos vemos pronto… como siempre… en el tatami…

Pedro Fleitas, unryu

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