sábado, 14 de mayo de 2011

¿MAESTRO -DISCÍPULO?



Hace unos días leí un artículo que decía: "Investigadores de la Universidad de Durham descubrieron que los embarazos más largos y los periodos de amamantamiento prolongados están directamente relacionados con el desarrollo del cerebro en las crías. La investigación abarcó el estudio de 127 especies de mamíferos y los científicos indicaron que los descubrimientos son también aplicables a los bebés humanos. Esto explica el largo periodo de dependencia que tienen los bebés de sus madres entre los humanos.
Los especialistas indicaron que el resultado de su investigación constituye una prueba que respalda la recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de que los bebés deben alimentarse exclusivamente con leche materna durante los seis primeros meses de vida,  y combinar la leche materna con otros alimentos hasta los dos años o más.
Al analizar la evolución de las crías de los animales, los investigadores de la Universidad de Durham, encontraron que el tamaño del cerebro, en relación con el cuerpo, estaba directamente relacionado al tiempo que la madre pasaba embarazada, y el periodo de tiempo que invierte en amamantar a sus hijos.
De acuerdo a los encargados del proyecto, el tiempo de embarazo influye en el tamaño del cerebro de la descendencia al nacer,  y el tiempo que invierte la madre en la lactancia afecta directamente el desarrollo del cerebro del hijo después del nacimiento.  En el caso de los humanos se tienen embarazos de nueve meses y se amamanta a sus bebés hasta por tres años, se requiere todo este tiempo para apoyar el desarrollo del cerebro que llega a tener un promedio de 1,300 centímetros cúbicos (cc) en los adultos. Los gamos tienen un peso corporal similar al de los humanos, pero su embarazo solo dura siete meses, seguido por un periodo de lactancia de hasta seis meses, y el cerebro adulto de un gamo tiene 220 cc, o seis veces menor al cerebro humano.
Robert Barton, investigador principal, sugiere que las especies con un cerebro más grande lograrán un mayor tiempo de vida, pero hasta ahora esa relación no era muy clara “una teoría es que los cerebros más grandes aumentan la duración de la vida al hacer que el animal sea generalmente más flexible en sus respuestas conductuales a desafíos impredecibles, lo que permite historias vitales más lentas. Sin embargo, nuestros hallazgos sugieren que la ralentización de las historias vitales se relaciona directamente con los costos en lugar de los beneficios de desarrollar un cerebro de gran tamaño. Los beneficios necesarios para compensar estos costos podrían llegar de otras formas, como mejorar capacidades perceptivas y cognitivas específicas, en lugar de a través de alguna flexibilidad generalizada”, indicó Barton en un comunicado. "

Esta información me abre la puerta a plantear a los alumnos,que muchos dejan la práctica antes del tiempo oportuno y su "sistema inmunológico marcial" no es lo suficiente fuerte para afrontar los obstáculos de la vida de la forma más cómoda. Para ilustrar esta relación tan importante en las Artes Marciales aquí les dejo con este escrito de Hatsumi Sensei, publicado en " Sanmyaku Bujinkan Densho ". Que lo disfruten.




DESHI – IRI
Soke Masaaki Hatsumi
 
            Los maestros son indispensables – no sólo para los guerreros. Si encuentras un mentor magnífico y entrenas de forma diligente, serás capaz de convertirte en un maravilloso guerrero, pero si sigues a un mercader marcial, es bastante cuestionable que obtengas la iluminación en las verdaderas artes marciales.
             En tiempos antiguos existían dos formas de Deshi-iri: aquellos que entraban en las artes marciales en busca de un buen profesor (el tipo “buscador”), y aquellos que fueron descubiertos por un profesor cuando entrenaban en las montañas, desprevenidos (el tipo “repentino”). En cada caso, el profesor juzgaba si esta persona estaba capacitada para ser artista marcial o no.
            Aquellos que pedían Deshi-iri antiguamente debían realizar, primeramente, tareas tales como cortar leña o limpiar. Debían cortar leña y limpiar seriamente desde el amanecer hasta el anochecer durante varios años. El maestro examinaba el potencial del alumno como artista marcial durante este periodo, distinguiendo si poseía una naturaleza directa y suficientes agallas para ser capaz de perseverar con las artes marciales. Entonces, recogiendo ese momento, iniciaba la siguiente etapa:
“Ven al Dôjô te daré algo de entrenamiento”.


            Con el entrenamiento continuo, día a día, el alumno aprendía a apreciar a su maestro, aprendía la profundidad de su afecto y maduraba como un verdadero alumno.
            Hoy día, la gente que viene y me pide que los acepte como alumnos es muy variada. Algunos son de tipo frágil, débiles, tanto de cuerpo como de mente, y desean hacerse fuertes. Algunos son de tipo intelectual, deseando fortalecer el espíritu; algunos son de espíritu combativo que simplemente quieren ser fuertes en las artes marciales, pero todos son parte de un grupo de “genios” que tienen ansias de estudiar Budô. Yo les quiero decir a todas estas personas sin reserva alguna:
            “Si quieres forjar tu espíritu, entrena en la religión o algo similar – en las artes marciales aprendes técnicas superiores de asesinos. ¿Quieres fortalecer tu cuerpo? Ve a caminar, haz pesas y come un montón de verduras. ¿Qué esperas lograr siendo fuerte en las artes marciales?. No puedes ganar ningún trofeo, ¡ y tampoco puedes crear ninguna fortuna!”
            Al decirles esto, observo sus reacciones. La razón es que pocas de las personas a las que se les ha permitido pasar la puerta serán capaces realmente de perseverar en el entrenamiento. Hay muy pocas personas lo suficientemente estúpidas de seguir hasta el final, continuando con sus intenciones y sin importarles lo que se dice de ellos o a ellos.
            Takamatsu Sensei aceptó a un idiota – yo – como alumno recitando el siguiente poema:

“En Ten´ei Gannen (1110), soplaban los vientos marciales,
Había un adepto de Koppô-jutsu,
Intrépido y galante, derrotaba bestias salvajes con un golpe,
Aún normalmente tan pacífico como una flor o un bambú,
Bravo en confrontación con innumerables enemigos,
¿No hay nadie que sepa a dónde fue este guerrero?
Se acabó la espera, por fin ha llegado,
Desde la tierra de los Dioses viene el elegido”

            Esto no es orgullo, no estoy alardeando. Las personas que no se vuelven locas sucumbirán en cualquier cosa que hagan (CF:Edward Phelps: “¡El hombre que no se equivoca normalmente no hace nada!”). Son , precisamente, estilistas que no persiguen nada más que “aparentar bien”, que dejan todo a medias y llevan vidas horribles.
            ¿Qué acerca de la relación entre el profesor y el alumno?. Ambos deben tener un sentimiento de respeto el uno por el otro. Al principio, cuando Takamatsu Sensei se me dirigió como “Hatsumi Sensei”, lo encontré irritante e incomprensible. Ahora, por fin, he sido consciente de este respeto mutuo, y de nuevo he bajado la cabeza por la lección.
            Por otro lado, el maestro es el maestro y el alumno es sólo el alumno. Uno no debe negar las maneras y actitudes de uno, Takamatsu Sensei me enseñó cómo llevar una vida agradable. De él aprendí la vida misma.

2 comentarios:

  1. artigo muito interressante.
    me chamou a atenção sobre a parte de amamentação materna e da relação mestre-aluno/ aluno-mestre.
    obrigado por compartilhar conosco Shihan Pedro Fleitas.

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  2. Hoy día pasa muy a menudo. Alumnos van y vienen, algunos locos permanecen. Pero el "loco" profesor SIEMPRE está. Para los que van, los que vienen y sobre todo los que permanece... De "loco" a "Loco", alumno-Maestro.
    Así lo veo yo. Bienvenidos los "locos" que en la Bujinkan siempre serán aceptados.
    Muy buen artículo, Pedro.
    Un saludo a todos los "Locos por la Bujinkan".

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